El microcemento no solo es tendencia: es una solución moderna, versátil y duradera para renovar espacios sin necesidad de grandes obras. Pero su éxito no depende solo del material, sino de una instalación experta, donde cada etapa se ejecute con precisión.
En este artículo, te mostramos cómo se realiza una instalación profesional de microcemento, paso a paso, para garantizar un resultado impecable en cualquier ambiente: suelos, paredes, cocinas o baños.
1. Inspección técnica del soporte
Antes de comenzar, el equipo profesional realiza un análisis del estado de la superficie sobre la que se aplicará el microcemento.
¿Qué se evalúa?
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Si la base está firme, nivelada y seca.
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Si hay grietas, desniveles o humedad.
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Qué tipo de material hay (cerámica, cemento, yeso, etc.).
Este diagnóstico inicial permite elegir la imprimación adecuada y prever posibles refuerzos.
2. Preparación del soporte
Una vez validado el estado del soporte, se realiza una preparación minuciosa para garantizar la adherencia y evitar futuros problemas.
Tareas esenciales:
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Limpieza profunda: sin polvo, grasa ni residuos.
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Relleno de fisuras o imperfecciones.
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Aplicación de puente de unión o imprimación específica según el tipo de superficie.
Esta fase asegura que el microcemento se fije correctamente y se mantenga estable con el paso del tiempo.
3. Refuerzo con malla de fibra de vidrio
En suelos y zonas propensas a microfisuras (como baños o exteriores), se coloca una malla de fibra de vidrio para dar estabilidad y evitar la aparición de grietas.
Aporta:
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Mayor resistencia estructural.
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Seguridad en zonas con tráfico o dilataciones térmicas.
4. Aplicación del microcemento base
Llega el momento de dar forma al sistema multicapa. Se aplican una o dos capas de microcemento base, que aportan solidez y nivelación.
Características técnicas:
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Aplicado con llana metálica.
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Cada capa tiene un espesor de aprox. 1 mm.
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Lijado suave entre capas para un acabado uniforme.
Esta capa crea una superficie sólida y lista para el acabado decorativo.
5. Aplicación del microcemento de acabado
Aquí es donde el microcemento cobra vida estética. Se aplican dos capas de microcemento de terminación, en el color y textura elegidos por el cliente.
Detalles:
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Se utiliza una llana flexible para mayor precisión.
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Entre capas se realiza un lijado fino para eliminar imperfecciones.
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El acabado puede ser mate, satinado o brillo, según el sellador.
El resultado: una superficie continua, elegante y sin juntas.
6. Lijado final y limpieza
Una vez completadas todas las capas, se realiza un lijado general final con herramientas profesionales para unificar textura y suavizar la superficie.
Paso clave antes del sellado:
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Se utiliza lijadora orbital con grano fino (220 o más).
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Se aspira todo el polvo para dejar la superficie completamente limpia.
7. Aplicación del sellador protector
Esta es una de las fases más importantes. El sellado protege el microcemento contra agua, manchas, productos de limpieza y desgaste diario.
Se aplican:
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1 capa de imprimación selladora.
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2 capas de barniz poliuretánico (base agua o solvente, según el uso).
Acabados disponibles:
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Mate: natural y discreto.
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Satinado: versátil y moderno.
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Brillo: sofisticado y decorativo.
8. Tiempo de curado
Aunque el microcemento seca rápido, requiere entre 5 y 7 días de curado completo antes de colocar muebles, limpiar con productos líquidos o exponerlo al uso intensivo.
⏳ Este paso es fundamental para:
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Alcanzar la máxima dureza.
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Proteger el color y el sellado.
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Evitar marcas o daños prematuros.
Una instalación profesional de microcemento transforma cualquier espacio con un acabado moderno, resistente y sin juntas. Pero lograr ese resultado requiere técnica, experiencia y materiales de alta calidad.
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